"Te quiero", dijo ella.
En ese momento, todas las conversaciones anteriores, todas las frases y todas las palabras quedaron eclipsadas por ese momento especial, por esas dos palabras que dichas con sentimiento emocionan.
Él sabía que era verdad. La estaba mirando a los ojos pero en el fondo la miraba profundamente, dentro de su ser. Era verdad. Lo sentía.
Y no dijo nada, tan solo sonrió y pensó que nunca más dejaría que besara el suelo por nadie más.
En ese mismo momento, ella se dejó caer, soltó el dedo pequeño que aun la sostenía a aquella barandilla oxidada, dio el último golpe de maza a ese muro antiguo que la separaba de los sentimientos de verdad, de los que se demuestran y se viven cada segundo como si fuera el último.
Entonces él puso sus brazos para recogerla y la cubrió de besos...
2 comentarios:
acabarás causándome una diabetes ;)
yours,
k.
Y a usted por qué le ha de causar diabetes?
En todo caso sería a la destinataria de las babosidades... Y creo que diabetes, lo que se dice diabetes, no le causa... :P
Never yours,
S.
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