Recién estreno mi versión 3.0 que, en algunas cosas, aun está en fase experimental.
La verdad es que había pensado hacer una retrovisión a esta década que acabo de perder, aunque para mi no se haya perdido, sino tan solo superado. Pero no me animo a echar la vista atrás y recordar algunos momentos buenos, otros malos, personas que pasaron, algunas que no volverán nunca más, otras que se fueron voluntariamente y otras que voluntariamente aparté de mi.
No me animo porque todas y cada una de las situaciones, todos y cada uno de los momentos y todas y cada una de las personas contribuyeron a construir esa década y a que ahora estrene una versión nueva. Sería injusto valorar esos momentos y esas personas con la visión y el sesgo que da el paso del tiempo y concluir si deberían haber existido o no.
Todavía, a pesar de estrenar versión 3.0, no puedo contestar a la pregunta de si un recuerdo es algo que tenemos o algo que hemos perdido. Tan solo sé que en esta década han pasado cosas buenas (que en cómputo general han sido pocas), que también han pasado cosas malas (que afortunadamente también han sido pocas) y que en el medio están las cosas que se pueden llamar "normales" que han forjado la versión que estreno.
A esta década de mis 30, la mejor década que voy a tener en mi vida, le pido que las cosas buenas sean más buenas, que haya cada vez menos cosas malas y que esos días normales, intermedios, no sean mediocres, sino que forjen la futura versión 4.0 y que la gente que ahora me acompañe en este inicio de mis 30 siga a mi lado cuando los "treinta y diez" asomen por la puerta.
Versión salmónida 3.0.
Me acompañan en esta década?
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Si 10 años después te vuelvo a encontrar en algun lugar
no te olvides que soy distinto de aquel pero casi igual.
Si la casualidad nos vuelve a juntar 10 años después
algo se va a incendiar, no voy a mostrar mi lado cortés.
Aquello fue un gran punto de partida,
pero a la vez qué facil se te olvida.
10 años después quién puede volver atrás?
Estamos en la tierra 4 días y el cielo no me ofrece garantías.
10 años después volver a empezar.
Si tu credulidad se deterioró en algun lugar
no te olvides que soy testigo casual de tu soledad.
Si 10 años después no estamos igual, qué le vas a hacer.
Otros 10 años más y luego a empezar juntos otra vez.
Aquello fue una linda primavera, pero fue solamente la primera.
10 años después el tiempo empieza a pesar.
Me quedan balas en la cartuchera pero te guardo siempre la primera.
10 años después mejor reir que llorar.
Una carta te di, que nunca escribí, que nadie leyó,
hoy 10 años después todo sigue igual, nunca te llegó.
Dentro del corazón al día de hoy no queda lugar,
si perdí la razón no fue por amor, fue por soledad.
La vida es una gran sala de espera, la otra es una caja de madera.
10 años después mejor dormir que soñar.
No se puede vivir de otra manera porque si no la gente ni se entera
10 años después quién puede volver atrás
10 años después mejor decir que callar.
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17.6.09
12.6.09
Viernesero
Miren que es dificil que yo me coja un día libre y menos un viernes. Pero como hoy es festivo (feriado, que dirían mis queridos amigos y amigas del cono sur) en la ciudad del Tormes, y aprovechando que el calor ha vuelto, dejaremos a un lado las obligaciones para pasar un día tirados en el pasto.
Y si ya es dificil que yo me coja un día libre, más dificil es verme vestido de una de las especies autóctonas que poblan este país (Eshhhpañaaa, Mariano dixit) : el dominguero.
Además, voy de estreno. Ante mi inminente cumplida de años y cambio de década, uno de los regalos ha sido proveerme de equipamiento deportivo y/o domingueril. Es la evolución del hombre : se empieza echando un poco de tripita, se sigue observando cómo aquellos leves pelillos que se perdían en el lavabo al peinarse ahora se convierten en escarpias negras que, si las cosas siguen asi, colapsarán el sumidero, se continúa acudiendo más de la cuenta al dentista, uno ya no se ve tan irresistible, sino más bien como el tipo del anuncio que cuando se quita las gafas ya no es un 007 y finalmente se acaba teniendo un chandal para irse los domingos al campo, con nevera y todo. Pura evolución.
Lo tengo todo preparado ya. Encima de la cama se encuentran los pantalones de chandal (aunque prescindibles dado el calor que ya hace), la camiseta de manga corta y pantalones cortos. Sólo me falta la gorra y el protector solar para completar el set o lo que podríamos denominar como "Dominguero Outfit", cual Lara Croft en Tomb Raider.
También está preparada la parte nutritiva : mi media salmona se encarga de la tortilla y yo de la empanada y bebidas, amén de la neverita para que no se caliente nada que no se tenga que calentar en la hierba.
Prometo hacer fotos del show porque solo nos faltarían los niños y la abuela para tener una perfecta postal de los domingueros tipo.
Aunque en realidad en las familias tipo, esas en las que el padre generalmente es un señor con gafas y bigote y la madre una señora, cuando tienen aventuras campestres tan solo aparece una abuela, la cual siempre dice "que no, que no quiero ser una molestia..." pero que al final se acaba apuntando, comiendose la tortilla, devorando la empanada, pimplando vino y roncando en la silla después de la monumental pitanza. Si la aventura no es campestre, sino que es playera siempre comienza diciendo que "no hijos, yo desde que murió el abuelo ya no tengo ganas de vacaciones ni de ná, tan solo de morirme..." pero les animo a observar cuantas de estas venerables ancianas ven en las playas de Benidorm "arremangandose" el vestido y refrescando un poco los pies... (pregunta : si se levantan el vestido, no sería "arrepiernandose"? Lectoras filologas, una solución quiero...)
En fin... para que esto nos pase queda aún mucho (incluido lo de la tripa, el pelo y volverme feo como el del anuncio) y de momento, eso si, con tortilla, empanada y neverita, hoy seré tan solo un viernesero de descanso.
Pasen un buen fin de semana y disfruten.
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Mirando correr el río le dije casi en silencio
vas a tener que andar mucho para ganarle a mi sueño.
Y sobre la arena fresca la cabeza dibujé
de una pasión imposible que me escribía de Santa Fe.
Y una noche correntina de aquellas que no se igualan
estaba la tosca arena conversando con el agua.
Enero estaba fundiendo sobre el río su calor
y junto al perfil querido puse mis venas de verseador.
Mira qué cabeza loca, poner sus ojos en mi,
yo que siempre ando de paso no podré hacerte feliz.
Olvidame, te lo ruego, yo soy como el Paraná
que sin detener su marcha besa la playa y se va...
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Y si ya es dificil que yo me coja un día libre, más dificil es verme vestido de una de las especies autóctonas que poblan este país (Eshhhpañaaa, Mariano dixit) : el dominguero.
Además, voy de estreno. Ante mi inminente cumplida de años y cambio de década, uno de los regalos ha sido proveerme de equipamiento deportivo y/o domingueril. Es la evolución del hombre : se empieza echando un poco de tripita, se sigue observando cómo aquellos leves pelillos que se perdían en el lavabo al peinarse ahora se convierten en escarpias negras que, si las cosas siguen asi, colapsarán el sumidero, se continúa acudiendo más de la cuenta al dentista, uno ya no se ve tan irresistible, sino más bien como el tipo del anuncio que cuando se quita las gafas ya no es un 007 y finalmente se acaba teniendo un chandal para irse los domingos al campo, con nevera y todo. Pura evolución.
Lo tengo todo preparado ya. Encima de la cama se encuentran los pantalones de chandal (aunque prescindibles dado el calor que ya hace), la camiseta de manga corta y pantalones cortos. Sólo me falta la gorra y el protector solar para completar el set o lo que podríamos denominar como "Dominguero Outfit", cual Lara Croft en Tomb Raider.
También está preparada la parte nutritiva : mi media salmona se encarga de la tortilla y yo de la empanada y bebidas, amén de la neverita para que no se caliente nada que no se tenga que calentar en la hierba.
Prometo hacer fotos del show porque solo nos faltarían los niños y la abuela para tener una perfecta postal de los domingueros tipo.
Aunque en realidad en las familias tipo, esas en las que el padre generalmente es un señor con gafas y bigote y la madre una señora, cuando tienen aventuras campestres tan solo aparece una abuela, la cual siempre dice "que no, que no quiero ser una molestia..." pero que al final se acaba apuntando, comiendose la tortilla, devorando la empanada, pimplando vino y roncando en la silla después de la monumental pitanza. Si la aventura no es campestre, sino que es playera siempre comienza diciendo que "no hijos, yo desde que murió el abuelo ya no tengo ganas de vacaciones ni de ná, tan solo de morirme..." pero les animo a observar cuantas de estas venerables ancianas ven en las playas de Benidorm "arremangandose" el vestido y refrescando un poco los pies... (pregunta : si se levantan el vestido, no sería "arrepiernandose"? Lectoras filologas, una solución quiero...)
En fin... para que esto nos pase queda aún mucho (incluido lo de la tripa, el pelo y volverme feo como el del anuncio) y de momento, eso si, con tortilla, empanada y neverita, hoy seré tan solo un viernesero de descanso.
Pasen un buen fin de semana y disfruten.
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Mirando correr el río le dije casi en silencio
vas a tener que andar mucho para ganarle a mi sueño.
Y sobre la arena fresca la cabeza dibujé
de una pasión imposible que me escribía de Santa Fe.
Y una noche correntina de aquellas que no se igualan
estaba la tosca arena conversando con el agua.
Enero estaba fundiendo sobre el río su calor
y junto al perfil querido puse mis venas de verseador.
Mira qué cabeza loca, poner sus ojos en mi,
yo que siempre ando de paso no podré hacerte feliz.
Olvidame, te lo ruego, yo soy como el Paraná
que sin detener su marcha besa la playa y se va...
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8.6.09
Rata de Biblioteca
Ayer volví a hacer algo que no hacía desde hace años, desde mis tiempos mozos.
Recuerdo que por aquella época lo solía hacer una y otra vez. Sin descanso. Hasta la extenuación.
Había momentos en los que incluso a altas horas de la noche aun estaba ahi, dándole.
Ocasionalmente, en algunas de las largas sesiones, salía para ojear alguna revista que me sirviera y estirar un poco las piernas y los brazos... pero enseguida de nuevo al asunto.
No se me asusten, no. Me estoy refiriendo a que ayer, despues de mucho tiempo, volví a una biblioteca. Qué recuerdos! Qué imágenes se me vinieron a la cabeza! Qué... cantidad de gente que estudia!
Yo no fui a estudiar, ni tan siquiera a leer, sino que iba a buscar una persona y, en vez de preguntar el sitio exacto en el que se ubicaba en ese centro del desconocimiento (digo desconocimiento porque si están estudiando es porque desconocen ; si conocieran estarían en el bar... aunque también desconociendo estabamos y están en el bar), me puse a buscar al azar.
Ya no me acordaba cómo era pasear por esos pasillos, con cientos de sillas llenas, decenas de botellas de agua, bolígrafos y rotuladores de los más variados e insólitos colores (como el fuscia, el caqui o el magenta), y tantas y tantas personas. Hombres, mujeres, niñas y niños (es época de Selectividad también), personal de la biblioteca,... he dicho ya mujeres?
En mi época una biblioteca no era un lugar donde se iba a estudiar, no. La biblioteca era una de las reuniones sobre moda, tan solo superada por la Pasarela Cibeles, y uno de los certámenes de belleza más importantes del país, superando ampliamente al de Miss España (seguro que las habitantes de la biblioteca sí que podrían decir muchas más cosas de Rusia que aquella candidata...). Allí era imposible estudiar debido al incesante desfile de modelos estudiantes y modelitos con tacón que hacían las delicias de los que intentabamos concentrarnos esperando hacer el trabajo de 4 meses en una semana.
Ayer era yo el paseante, el pseudomodelo, aunque sin tacón. Buscando a la persona y desfilando entre hileras de mesas con mp3's, atriles, apuntes y moviles me sentí como aquellas supermodelos de bibliotecas.
Esta vez era yo el mirado, el observado. Dentro de mí bullía la emoción de pensar : "me están mirando a mi. Alguna incluso estará diciendo si será ella la elegida, la persona a la que busco...". Lo normal es que las personas que me miraban, levantado los ojos de ese mar de ignorancia en el que estaban sumergidos, pensaran : "qué cojones estará haciendo éste aquí y por qué no llama para preguntar dónde está la persona a la que busca?".
En fin... cuántos momentos revividos en mi cabeza con un sólo paseo, recordando que yo un día también fui una rata de biblioteca...
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Porque yo no quiero trabajar,
no quiero ir a estudiar,
no me quiero casar.
Quiero tocar la guitarra todo el día
y que la gente se enamore de mi voz...
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Recuerdo que por aquella época lo solía hacer una y otra vez. Sin descanso. Hasta la extenuación.
Había momentos en los que incluso a altas horas de la noche aun estaba ahi, dándole.
Ocasionalmente, en algunas de las largas sesiones, salía para ojear alguna revista que me sirviera y estirar un poco las piernas y los brazos... pero enseguida de nuevo al asunto.
No se me asusten, no. Me estoy refiriendo a que ayer, despues de mucho tiempo, volví a una biblioteca. Qué recuerdos! Qué imágenes se me vinieron a la cabeza! Qué... cantidad de gente que estudia!
Yo no fui a estudiar, ni tan siquiera a leer, sino que iba a buscar una persona y, en vez de preguntar el sitio exacto en el que se ubicaba en ese centro del desconocimiento (digo desconocimiento porque si están estudiando es porque desconocen ; si conocieran estarían en el bar... aunque también desconociendo estabamos y están en el bar), me puse a buscar al azar.
Ya no me acordaba cómo era pasear por esos pasillos, con cientos de sillas llenas, decenas de botellas de agua, bolígrafos y rotuladores de los más variados e insólitos colores (como el fuscia, el caqui o el magenta), y tantas y tantas personas. Hombres, mujeres, niñas y niños (es época de Selectividad también), personal de la biblioteca,... he dicho ya mujeres?
En mi época una biblioteca no era un lugar donde se iba a estudiar, no. La biblioteca era una de las reuniones sobre moda, tan solo superada por la Pasarela Cibeles, y uno de los certámenes de belleza más importantes del país, superando ampliamente al de Miss España (seguro que las habitantes de la biblioteca sí que podrían decir muchas más cosas de Rusia que aquella candidata...). Allí era imposible estudiar debido al incesante desfile de modelos estudiantes y modelitos con tacón que hacían las delicias de los que intentabamos concentrarnos esperando hacer el trabajo de 4 meses en una semana.
Ayer era yo el paseante, el pseudomodelo, aunque sin tacón. Buscando a la persona y desfilando entre hileras de mesas con mp3's, atriles, apuntes y moviles me sentí como aquellas supermodelos de bibliotecas.
Esta vez era yo el mirado, el observado. Dentro de mí bullía la emoción de pensar : "me están mirando a mi. Alguna incluso estará diciendo si será ella la elegida, la persona a la que busco...". Lo normal es que las personas que me miraban, levantado los ojos de ese mar de ignorancia en el que estaban sumergidos, pensaran : "qué cojones estará haciendo éste aquí y por qué no llama para preguntar dónde está la persona a la que busca?".
En fin... cuántos momentos revividos en mi cabeza con un sólo paseo, recordando que yo un día también fui una rata de biblioteca...
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Porque yo no quiero trabajar,
no quiero ir a estudiar,
no me quiero casar.
Quiero tocar la guitarra todo el día
y que la gente se enamore de mi voz...
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