Premios 20Blogs

20.7.10

Incompetencia

Hace exactamente un minuto que he terminado de enviarles las obligaciones fiscales a mis clientes, a pesar de que alguno de ellos aún me estaban trayendo documentación esta mañana.
Un día explotaré y se darán cuenta que no se puede forzar tanto la máquina cuando dependes de fechas, minutos y segundos.

Y ya que se hace mención y he terminado mi jornada, aunque ando ordenando la leonera que tengo por despacho hasta que reciba una llamada que lo cambie todo, me apetece despotricar.
Contra quién? Contra los de siempre...

He estado esperando hoy en torno a 20 minutos de reloj a que un querido funcionario de Hacienda, que más tarde me ha estornudado a escasos dos nanomilímetros de mi cara, me llamara cuando no había ABSOLUTAMENTE nadie más en el patio de ventanillas.
Cuando me he acercado a ver si me veía y se apiadaba de mi, puesto que iba con el tiempo justo para que me entregara unas etiquetas identificativas y salir teletransportándome al despacho a seguir entregando impuestos, he visto cómo estaba sumando y restando facturas y haciendo una declaración modelo 303 IVA Trimestral. Seguramente para su mujer, hijo, cuñado, amante o vecino.

No estaba haciendo su trabajo, que era llamarme a mi, que iba corriendo, sudando por los 4 costados. Tan solo tenía que darle una teclita, que mi número saliera en pantalla, teclear el deneí de mi cliente en cuestión, alargar la zarpa y darme las (putas) etiquetas.

20 minutos. VEINTE MINUTOS esperando a que ese absoluto incompetente se dignara en atenderme.

No habría cosa en el mundo que me hiciera más feliz que sufrieran en sus propias carnes el temor a ser despedidos, a que tuvieran la inseguridad de que su trabajo no es para toda la vida.
Que notaran cómo cualquier otro trabajador que esté desempeñando una labor, tiene que dar el 200% en estos tiempos de crisis para que el empresario, que ya de por sí lo puede tener puteado no concediendole ni un sólo día para asuntos propios, no se levante un día sin haber mojado el churro y lo despida porque él es el que manda.
Que pudieran tan siquiera atisbar que si en tu profesion no eres diligente y competente, los clientes se van e incluso pueden llegar a denunciarte y perder tu licencia profesional.
Si todos, incluido yo, le echaramos un par de huevos al asunto, terminaríamos con esta lacra que hace perder el tiempo tanto a contribuyentes como a profesionales que nos dedicamos a que todo esté perfectamente, a tiempo y sin ninguna falta (porque si no, eso sí, SANCIONAN y ahí si que se dan prisa...).

TODOS pagamos a este tipo de elementos (por supuesto no todos son iguales, hay excepciones honrosas que son diligentes y te facilitan esta vida de plazos y prisas que algunos hemos elegido) y por tanto TODOS podríamos exigirles diligencia en el desempeño de sus funciones.

Nada me haría más feliz que perdieran su puesto, su sueldo, sus vacaciones y su capacidad para echar tripa de estar sin moverse, si no son diligentes y no se esfuerzan en dar un verdadero servicio público, acorde con el suelo y cargo público que todos nos encargamos de mantener.

Nada me haría más feliz... Bueno, si...

Y está a punto de llamar. Así que se acabó el chorreo. Se acabó el día 20 de Julio de 2010

A disfrutar...

No hay comentarios: