Verano Azul

Los veranos ya no son lo que eran. En ningún sentido.

Lo primero porque cada vez tarda más en llegar. Cada vez son más los días grises, invernales, lluviosos y deprimentes a la espera del azul, que cuando llega abrasa pero dura poco.
Afortunadamente, aunque fuera antesdeayer, parece que el calor se ha instalado y se puede comenzar a disfrutar de las cosas propias de este tiempo : terrazas, piscinas, salidas al campo, generosas secciones de frutería... cómo me gusta el verano...!!!

Pero me gustaba mucho más antes, cuando el verano se disfrutaba con todo el tiempo libre del mundo.
Recuerdo varias fases en los veranos. Cuando era niño (en este momento quedan eximidos de seguir leyendo porque he puesto el modo "abuelo cebolleta" on, asi que me despido de los que no quieran seguir soportando...) esperaba sobre el 22 de junio a que me dieran las notas, excelentes siempre por otra parte como no se podía esperar menos de mi, para empezar a disfrutar del calor. Lo esperaba con felicidad porque donde vivía venían niños de otras ciudades a ver a los abuelos, tios o a quien tuvieran a bien tener en Salamanca.
El caso es que durante casi 2 meses los jardines del barrio donde vivía se poblaban de niños jugando en la calle. Nada de Play's ni Wiis ni gallinitas en ácido acético (o sea, pollas en vinagre). En la calle, a abrirnos las rodillas jugando al futbol, a derrapar con las bicis... y estabamos bien sanos.
Esperaba con ansia el día que venían unos niños de Valencia a ver a su abuela. Nos lo pasabamos realmente bien en esos días...
Vale, está bien, los niños tenían una hermana que me hacía tilín, ala ya lo he dicho, y por eso esperaba que llegara ese tiempo...

El caso es que el tiempo pasa y los veranos también cambian y se empiezan a vivir de otra manera. Entre los 16 y los 20 años los pasaba yendo todos y cada uno de los días a la piscina.
Tenía un moreno espectacular que unido a mi pelo largo y mi físico prodigioso que no sobrepasaba los 60 kilos hacia que... no me comiera una rosca en todo el verano.
Miento. Si que me comí alguna... En realidad una sola. Y durante un tiempecillo. No vale la pena hablar de aquellos años pasados...
Es cierto que disfruté esos veranos porque aun no tenía las obligaciones de ahora. Terminaban las clases y me relajaba, porque casi ninguna vez tenía que estudiar para examenes pendientes. Cosas de tomarse el estudio como si fuera una obligación a cumplir. Primero se sacrifica uno y luego se disfruta... Nunca he entendido cómo la gente no tenía motivación durante el año lectivo para aprobar las cosas y no tener que estudiar en verano.
El verano es para otras cosas...

Ese tiempo también pasó y con el paso del tiempo llegaron las obligaciones y los veranos se reducen a las tardes-noches de algunos días de diario, los fines de semana y algún día de escapada vacacional que sin duda irán en aumento con el paso del tiempo.

Los veranos seguirán cambiando. A veces volvería atrás, cuando era niño y no me preocupaba otra cosa que no notara nadie que me gustaba la niña valenciana.

Sin duda este y los siguientes veranos serán buenos. Me lo he propuesto. Y no acordarme de lo de atrás.

Todo el tiempo, por pasado, fue peor...

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Te levantas de tu cama, todo está bien,
no tienes donde ir ni nada que hacer.
Llamas a tu amigo, quedas con él,
pones la mesa y te pones a comer.
Luego te tumbas en el salón,
ves un rato la tele en el sofá,
te duchas, te arreglas y coges el carné.
Ahí está tu amigo en el café,
dais una vuelta y bebes con él,
jugáis al billar después de esperar
y luego andando a casa, es de esperar.
Es verano, es verano aquí,
los días son todos iguales cuando es verano aquí.
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