Si es que en el fondo te comprendo, querida Lili, cuando me hablas de miedos y temores.
Hace muy poquito tiempo de todo, aunque parezca mentira y nadie lo pudiera decir, pero no ha pasado demasiado tiempo... aunque han pasado muchas e importantes cosas.
Es normal que tengas cierto temor a que aparezcan fantasmas del pasado, todos por supuesto muertos y enterrados, que intenten cobrarse cosas pendientes o volver a revivir.
No temas. Estoy totalmente empapado en tu agua bendita y eso repele a cualquier espectro del más mínimo acercamiento. Mientras esté mojado por tí, nadie intentará ni tan siquiera molestar. Ese agua bendita, el estar rociado, no se ve... pero se siente...
Puedo estar diciéndote contínuamente que no hay nada de lo que temer. Podría incluso mandarte un burofax oficial para que lo enmarcaras con mi firma garantizándote el vivir tranquila o podríamos visitar al notario y que él de constancia de que lo que te digo es completamente cierto y no hay nada que me pudiera en estos momentos separar de tí.
Yo prefiero demostrartelo cada día, cada segundo que pase contigo y que al fin veas, toques y creas que no hay más tu y yo, que sólo hay nosotros.Ya habrá tiempo de firmar papeles...
Aunque a decir verdad, yo siempre prefiero un trato a un contrato.
Y nosotros tenemos un trato.
Nadie nos obliga a cumplirlo, lo hacemos porque queremos... y yo voy a querer siempre. Será mi parte del trato.
Tú tan solo sé tal y como eres ahora mismo. Sigue guiando mis pasos, llevándome por este nuevo río de la vida, refrescándome con tu brillo dorado. Esa será tu parte a cumplir.
Si lo cumplimos, no habrá caso.
Tu ganas Lili. Tu ganas siempre...
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Miedo de volver a los infiernos,
miedo a que me tengas miedo,
a tenerte que olvidar.
Miedo de quererte sin quererlo,
de encontrarte de repente,
de no verte nunca más...
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