¿Será Todo Una Alucinación?

Después de que Espaaaaañaaa se proclamara campeona del mundo de baloncesto al dar pero bien a los griegos en la final (me ahorraré el chiste de unir en una misma frase "dar" y "griego"), decidí que era hora de echarse una siesta después de madrugar mucho mucho para adelantar trabajo pero tuve la "osadía" de hablarle al gran Troncho y entonces... la siesta se demoró.
Después de reflexionar ampliamente sobre la psicología de las obsesiones (según él) que padecemos ciertos seres ¿humanos? y terminar discutiendo sobre si no estaríamos viviendo una alucinación donde nada es lo que parece pero todo parece tan real y que dentro de esa alucinación tuvieramos la capacidad de razonar y pensar y la posibilidad de, un día lejano, darnos cuenta de que efectivamente alucinamos y poder decir "adios" y despertar en el mundo real, decidí que estaba realmente necesitado del sueño y me tiré un rato a la bartola (- mamá, ¿me puedo tirar a la bartola? - haz lo que quieras, hijo - vamos, bartola, que nos dejan).
De camino a casa del Troncho-psicoanalista comprobé mi teoría : todo es una alucinación descomunal. Esperando en un semáforo en ambar intermitente para mi y verde para los peatones, una señora de mediana edad me hizo la señal de parar (pero si ya estaba parado!!), se acercó a mi ventanilla (que estaba bajada) y me dijo : oiga, oiga, que tiene usted que parar, que está verde para los peatones. No me podía creer lo que me estaba pasando porque ESTABA PARADO y así se lo hice saber a la buena mujer, no sin antes indignarme por ese "oiga" (pero si estoy en la flor de la vida y hecho un chaval por qué me llama de usted?).
Se ve que pensaba que yo no me sabía eso que te enseñan de pequeñito de "rojo parar, verde pasar" y ella, recordando sus tiempos de maternidad (dudo mucho que siga ovulando, aunque a juzgar por su mala leche...) me quiso refrescar la memoria sobre seguridad vial.
La "asesora de la Dirección General de Tráfico" cruzó sin ningun tipo de impedimento por mi parte y yo seguí mi camino pensando en el día en que pueda razonar dentro de mi alucinación y pueda decir "adios" y saludar con un "hola" al mundo real.