Como la semana empezó bien, si recordais con la historia de Raquel y Cipriano, era poco probable que pudiera terminar mal y así el viernes comenzó de la mejor manera posible : con besos. Anoche contrajeron conmigo una "deuda besil" que quedó saldada esta misma mañana cuando en mi correo me encontré con lo que se me debía, aunque fuera a través de palabras escritas y no con hechos (todo se andará...). Y así es muy muy dificil empezar mal el viernes pues ya empiezas con la sonrisa (de pillo) en la cara ; era mañana de correos y también apareció en mi bandeja noticias de la gran Marisa, que anda por Valencia trabajando (que lejos te has ido, vuelve pronto que hace 1 año que no tomamos café) y que me alegra saber de ella pues tantos años pasando tantas horas juntos unen.
La mañana también fue de ventanas. Nada más acabar las tareas de despacho me propuse ir a la Administración, más concretamente a la Delegación de Hacienda a llevar una declaración para un cliente. Yo me libro de pasar por el detector de metales pues me he hecho amiguete (Santiago Segura dixit) del "segurata" y no me hace sacar los móviles, llaves, prótesis de cadera y dientes de oro para que no me pite el aparato (las 2 últimas cosas son bromita, no vayan a pensar que estoy remendado por todos los lados). Yo, incauto de mi, pensé que tardaría poco en entregar una simple declaración, pero cuando me acerqué a la ventanilla donde debían atenderme vi un cartelito que decía "Declaraciones del modelo X, ventanilla 7" y no habia funcionario. Puse la vista en la ventanilla 7 y allí no había nadie, al menos de este mundo (los funcionarios lo son?) pero sí un cartel que ponía "Ventanilla 7, atendemos en Informática". Raudo me dirigí a Informática donde una amable funcio-robot me dijo que imposible, que ellos no recogían "esas cosas" y que en la ventanilla 7 me atenderían gustosamente.
Yo les dije que por favor, que me comprendieran, que estaba de un excelente humor y que por nada del mundo quería empezar a soltar cosas desagradables por la boca, asi que les rogué que no se cachondearan de mi y que me dijeran EXACTAMENTE quién me iba a atender y donde. Me dijeron que "en la 7", que si no habia nadie "in corpore", esperara porque seguramente habría ido a tomar café.
Personalmente creo que ese funcionario no fue a tomar café, sino que se desplazó directamente a Colombia a casa de Juan Valdés para recolectar, tostar y hacer él mismo el café puesto que más de media hora estuve esperando a que se personara (con perdón para las personas) el individuo. Una vez situado su pandero en la silla, me selló la declaración, no sin antes hacerme sonreir una vez más en la mañana : una chica se acercó y preguntó "Perdón, en qué ventanilla me puedo dar de alta censal?" ; el funcionario, se quedó más ancho que largo (literalmente) contestando : "Donde usted quiera, señorita".
Por eso, la proxima vez que me manden de ventanilla en ventanilla, prefiero que sea con música y me canten aquel villancico que decía : "Asómate a la ventana, verás... al funcionario que curra...". Y pongan más besos en su vida, se vive mejor así.
... Y eso es lo que quiero, besos. Que todas las mañanas me despierten de esos ...
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