Y De Comer... Salmón

Ayer fue uno de los días de mi vida en que más hablé de comida. Ya casi me alimenté solo de hablar de ella aunque por la mañana tuve uno de esos días ocupados (más ocupados de lo normal) y por lo tanto no pude seguir con la costumbre iniciada de desayunar tanquilamente sentado no sólo el café bebido.
Hace poco escuché en la tele que a alguien le proponían decidir entre la comida y el sexo. No me acuerdo lo que contestó la persona en cuestión pero si a mi me lo propusieran tendría serias dificultades en elegir. A ratos prescindiría del sexo, otras veces de la comida, en algunas situaciones del sexo otra vez, dependiendo de dónde también de la comida... en definitiva que no me puedo decidir y entonces siempre acabo pensando en pan con chicas. Y aunque pudiera elegir no me definiría claramente porque claro, corres el riesgo de si te defines por una cosa quedarte sin la otra y viceversa o sin las dos. Y eso ya duele más. Así que entre dormir y soñar, entre seguir y despertar, me quedo con las dos cosas...
Retomando aspectos culinarios, les indicaba que ayer se habló sobre todo de comida. Empezó Chus a la vuelta del trabajo indicándome que habia comido... salmón! (y yo sin darme cuenta... ZDDD) y añadiendo que no tenía más que decir aunque ella siempre tiene cosas que decir y sobre todo que reir. Y como me abrió el apetito con su indicación gastronómica, siguió la charla entre chocolates, tortillas de patatas (las de su señora madre, las mejores del mundo mundial), pastelitos y zumos hasta que finalmente no resistió la tentación y se fue a preparar un sandwich. Realmente pensé que había ido a plantar la lechuga y el tomate, curar al cerdo con el que conseguir el jamón de york y elaborar el queso porque tardó más de 1 hora en volver aunque luego explicó que la habian secuestrado compañeras para terminar un trabajo (unas compañeras te joden la merienda) y que ni tan siquiera pudo saciar su apetito sandwichero.
Yo ya tenía más hambre que un soldado pero llegó la hora del pincho(s) habitual con Agus y siguió la conversación gastronómica empezando por fijar una cena de apuesta debida para el día de hoy que consistirá en una fondue... pero de carne. Pincho de tortilla, boca de mar con mejillones y costillas regados con los mejores... mostos de la ciudad.
Y vuelta a casa, ya sin cenar casi debido al empacho de oir comida, tomar pinchos... y porque el jodido pincho de boca de mar con mejillones me sentó como una patada escrotal aunque ya me recuperé.
Pero cuando pensaba que ya se acabó el tema culinario por el día de ayer... se me ocurrió comentar inocentemente que no me gustaba el queso (SI, NO ME GUSTA EL QUESO... Y NO TENGO NADA MÁS QUE DECIR). Debido a ese comentario cause varias decepciones, fui designado como "rarito" y recibí invitaciones a entrar en GH debido a que precisamente ahí sólo tienen a gente "rarita". Nunca un queso dio para tanto... ni para tantas risas.
Empachado y con el estómago encogido por el putre-pincho de boca de mar me fui a dormir, soñando con montañas de sales de frutas para aliviar la pesadez.

Disfruten de la comida siempre, es un gran placer... pero no renuncien a otros, por favor.