Parecía que el rio por donde me hallaba remontando esta vez la corriente se iba a enturbiar. Unas frases desafortunadas, unos momentos de enajenación mental transitoria por sindrome de actuacion de ansiedad por pánico y distancia (al menos unos dias).
Pero afortunadamente y utilizando el sentido común, que a veces por no decir siempre es el menos común de los sentidos parece que todo vuelve a retomar la senda que había iniciado y que, a mi modo de verlo, era la adecuada.
A veces nos empeñamos en intentar llegar a la meta antes de tomar la salida, en correr antes de saber caminar y en ver cosas donde no las hay, influidos seguramente por experiencias pasadas que en gran medida deberían quedarse a la vereda del río pero que siguen en su cauce, a veces en forma de peligrosas piedras que pueden dañar la travesía y el llegar.
Estas salidas de cauce nos sirven también como experiencia. A unos y a otros. Pero de experiencia no para tirarlas a la vereda sino para conservarlas y que no sean piedras en el camino, sino impulso para bien seguir hacia el mar o para tener fuerza y remontar la corriente, lo que cada cual decida en su camino.
Yo aprendí en estos días porque es a lo que me dedico ahora, a aprender de cada cosa que vivo y cada experiencia que tengo. Aprendí a dar oportunidades, a ser mas paciente y a comprender que si a mi me hubiera gustado que me hubieran dado una oportunidad después de algunas incorrecciones verbales que tuve en determinados momentos del pasado, debo ser consecuente con mis pensamientos y brindar las oportunidades a los demás.
Además estoy convencido de que merecerá la pena. Tengo la esperanza de ver que no siempre voy a estar equivocado, que alguna vez acertaré en mis sensaciones.
Si cada uno limpia su vereda, la calle estará limpia.
No hay comentarios:
Publicar un comentario