Tan Joven Y Tan Viejo

Hoy es mi último día con 30 años.
Tanto tiempo esperando esta cifra que parece que marca un punto de inflexión el algunas vidas y puede ser fuente inagotable de crisis, para que haya pasado así, sin más, durando justamente lo que tardan en llegar los 31.

Ha sido un año horrible, para qué vamos a andarnos con tapujos. Pocas o ninguna de las expectativas que tenía para mis 30 años se han cumplido.
Pensando en encontrar la tan ansiada estabilidad que me permita no estar con el alma en vilo por si ahora me toca bajar la cuesta abajo o emprender un subidón, parecía que era la Tierra la que se movía pero finalmente fue el suelo el que tembló y la idea estable se convirtió en un montón de escombros que me he encargado de recoger personalmente.
Es mejor así. Antes "partío" que "doblao". Las labores de reconstrucción han terminado y ahora hay que volver a restablecer el funcionamiento normal, aunque eso también lleve su tiempo.

No ha sido un año para olvidar ni ha sido un año perdido, ya que de todo se aprende, sobre todo de lo malo porque lo bueno lo toleramos todos. Entre hacer y no hacer siempre he elegido el hacer y si me he equivocado, al menos me queda la experiencia.

También ha habido cosas buenas, aunque muy pocas. Casi todas a última hora y en los últimos tiempos, bordeando esa fina línea del traspaso de edad.
Siempre me ha costado mucho conseguir las cosas que realmente quiero, de ahí mi comprensión e identificación con los queridos salmones. Es cierto que casi siempre las he conseguido a fuerza de insistir, no rendirme y luchar.
Me gusta hacerlo así, porque eso le imprime un valor que quizá yo sólo vea y que lo que otros consiguen con relativa facilidad y dándole un valor muy inferior, a mi me eleva la (ya de por si elevada) autoestima porque si quiero, puedo.
Habrá pues que intentar que esas cosas buenas que a última hora se presentan sean la tónica en estos 31 que estreno dentro de unas horas, nunca dejar de empezar y, aunque se llegue remontando fuertes corrientes, no dejarse ir y mantenerse en la lucha.

Aun sigo siendo joven... pero a la vez tan viejo por todo lo vivido.
Veamos que nos depara este año 31 de vida.

Esa será otra buena historia para contar...

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Lo que sé del olvido lo aprendi de la luna,
lo que sé del pecado lo tuve que buscar
como un ladrón debajo de la falda de alguna
de cuyo nombre ahora no me quiero acordar.
Asi que, de momento, nada de adiós muchachos,
me duermo en los entierros de mi generación,
cada noche me invento, todavia me emborracho.
Tan joven y tan viejo, like a Rolling Stone...
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