Un Click

Puede ocurrir cuando menos te lo esperas.

Están ahi, en la cabeza, hibernando, esperando ese click primaveral. Están latentes.
Pensamientos. Deseos. Esperanzas. Sentimientos.

Y puede que los destape cualquier cosa.
Ese click.

Un día te despiertas y decides que ya está bien, que hay que dar un giro a la situacicón.
O bien surge esa chispa espontánea que prende la bombilla.
No una chispa artificial, premeditada, como si la lleváramos a un vulgar reallity de supervivencia e hicieramos trampas. No. Para nada. Es, como las mejores cosas, por casualidad.
Incluso puede ser que todo lo encamine un intercambio de pareceres, incluso discusión. Una catarsis que cuando parece que todo se decide para mal, surte el efecto contrario y es para bien.

Te das cuenta que se te mueve el piso y que empiezas a voltear, a estar del revés. Pero no cabeza abajo, quizás, sino todo lo contrario. Comienzas a levantar cabeza.

Es el click. Es el despertar.

Y una vez que despiertas, puede que empieces a disfrutar de todas las cosas que antes de ese volteo veías, pero no disfrutabas.

De todas formas, esa ya será otra historia que contar...

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Acabo de despertarme y me pasa algo extraño,
me pasa que me olvidé de todo.
Como si por empezar el año,
no existiera nada que yo conocí.
Y me digo "tengo suerte, compañero",
se lo va a agradecer el corazón.
Si hoy podría empezar de nuevo
aprovechando la amnesia que me aqueja.
Ya no habrá malas noticias, solo buenas,
ni una queja, ni un recuerdo...
Algo así como haber cumplido una condena,
algo así como una oportunidad.
Voy a tratar de vivir sin pasado,
sin un clavo oxidado que tengo siempre clavado.
Voy a probar este vino del olvido
para embriagarme con él el resto de mi vida.
Para vivir hacen falta muchas cosas
pero sobra lo que no existe más...
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