Semana Grande

La verdad es que miro la agenda y la encuentro toda escrita. Incluso en sábado.
Parece que en muchos momentos yo no vivo, me reuno.

Mientras les escribo estas líneas estoy con el teléfono en la oreja intentando resolver tareas antes de irme a comer a Valladolid y volver para abrir el despacho por la tarde. Apasionante, verdad? Apasionante. Y cansado. Y a veces agobiante...

Pero recién entrados los 31 años, y además por la puerta grande, lo que no se haga ahora con 50 ya no se consigue. Ahora que las energías siguen en lo más alto (abstenerse graciosos, mentes sucias y publicistas que hacen anuncios con Pelé) es importante concentrarse para seguir consiguiendo lo que uno va queriendo.
Además, lo que es bueno para mi y lo bueno que consiga, también será bueno y repercutirá positivamente en los que me rodean... digo yo...

Pues eso, la semana viene cargadita de muchas cosas, incluida una nueva aventura, un foro de emprendedores que vamos a celebrar una vez por mes un grupo de locos que si bien no tenemos tiempo casi de respirar nos apasiona lo que hacemos y queremos hacer partícipes a otros de que si se quiere, se puede.
Cuánto cambiarían las cosas si muchos aspiraran a ser los nuevos Amancio Ortega o Steve Jobs en vez de querer ser funcionarios de Hacienda o de la Seguridad Social... Todo es respetable pero la energía, la fuerza vital y la ilusión de hacer cosas que salen de tí no las da una plaza de oposición, aunque tengas las tardes libres y un mes de vacaciones. Prefiero no estar libre ni tener tiempo (aunque el tiempo, con ilusión, siempre surge) y sentir que algo mío crece y sale adelante. Cuestión de orgullo...

Les decía que en cuanto me ponen el charco delante, yo me meto. Ya saben que si hubiera sido mujer, hubiera sido puta ya que no sé decir que no a nada.
Mañana será un día grande ya que otro proyecto en el que he puesto mi pequeña contribución personal sale a la luz y, por lo que me cuentan, con éxito arrollador de convocatoria.

El resto de la semana, semana de finales de mes, va a devenir en una procesion de gentes a por su declaración de la renta, un peregrinar para dejar facturas recibos y otros papelotes y un goteo constante de empresas que quieren saber cómo van las cosas ahora que llegamos a la mitad de ejercicio.
Incluso el sábado me tocará participar y abrir unas jornadas de las que aún desconozco casi todo, pero tan solo el hecho de que confien en ti (espero que a las 17.00 de hoy sigan confiando) para que intervengas ya compensa que te roben unas horas de un supuesto día de descanso, que casi nunca se dá.
Parece agobiante para ojos ajenos, pero les prometo que dentro de esta vorágine el tiempo pasa muy rápido y casi no te das cuenta de lo que tienes por delante si no te paras.

Por eso cuando acaba uno de esos días agotadores y acaba con algo bueno, piensas que mañana volverá a salir el sol, con mucha más fuerza aún si cabe... (copyright B., con permiso de la autora para utilizarlo aquí y en todas las ediciones...)

Ya les contaré cómo fue todo en esta semana grande cualquier otro día.
Seguro que hay alguna buena historia que contar...

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All work and no play makes Sergio a dull boy.
All work and no play makes Sergio a dull boy.
All work and no play makes Sergio a dull boy.
All work and no play makes Sergio a dull boy.
All work and no play makes Sergio a dull boy.
All work and no play makes Sergio a dull boy.
All work and no play makes Sergio a dull boy.
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