Honestidad Brutal

Nunca se sabe si ser jodidamente directo es para bien o para mal.

Uno intenta seguir unos principios, unas reglas básicas que forman su integridad como persona y desviarse lo menos posible, prefiriendo no aplicar el dicho "estos son mis principios pero si no le gustan tengo otros..."

También hay que saber mirar adentro de uno mismo y engañarse lo menos posible, evitar el sufrimiento o por lo menos no anticiparlo.

Puede que a simple vista puede parecer todo un enjambre de sensaciones, de sentimientos, de reacciones, de torbellinos que giran a mil por hora... pero siempre sin perder la perspectiva de la lógica ni del sentido común, que suele ser el menos común de los sentidos por otra parte.

Procuro ser consecuente conmigo mismo, para que mis actos pasados tengan vigencia en el presente y acomoden el futuro. Intento mantener una integridad de pensamiento a veces un mucho radical donde lo mediocre rara vez suele tener cabida.
Presumo de decir las cosas claras pero también altas, aunque eso no garantice el entendimiento total de cualquier otra parte implicada cuando las digo, pero por una vez y cuando la situación lo requiere dejo de pensar en los demás, en lo que quieren los demás, para pensar en lo que quiero yo.
Si uno es generoso sin recibir, pasa de ser generoso a un tonto solidario y eso es muy peligroso pues puede llevar al equívoco de pensar que al tonto le salieron hilos para poder manejar a antojos ajenos.

Hay quien le parece que no pero la edad, no la física que se estampa en el deneí de rigor, sino la que te proporcionan las experiencias, que nunca garantizan el conocimiento pero si abren la mente a ver las cosas con meridiana claridad y de lejos (lo de "ver de lejos" es una expresión que últimamente está muy presente en mi...), tiene una importancia absoluta en las reacciones que se puedan (ob)tener en determinadas situaciones y en cómo manejar dignidades, sentimientos y asunción de responsabilidades.

Que tire la primera china en su zapato quien no haya quebrado sus principios alguna vez. Que alze la voz el que no se haya engañado alguna vez a sí mismo por miedo o por intentar salvar situaciones que pensadas en frío estaban destinadas a fracasar.

Me gustó que ayer alguien me definiera como "íntegro y de llevar mis principios hasta el fin". A partir de ahora no podría mirarme al espejo si yo traicionara o pudiera llevar a la decepción a quien tiene ese concepto de mi.

No es una virtud. No hay que creerse por encima del bien y del mal por conseguirlo. Es una obligación. Sin que la imponga nadie, sino uno mismo.

Honestidad, ante todo.
Desde siempre, a pesar de algunos lapsus en su aplicación.

Pero ahora, más...

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Soy así, no lo puedo evitar,
pero nunca te quise hacer daño.
No elegí mi manera de ser,
a veces me siento un extraño.
Si pudiera volver a empezar,
si aprendiera otra vez a caminar,
ni siquiera podría cambiar.
Porqué soy así desde que nací...
¿Qué quieren de mi si yo soy así?
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