El 23

Después de que nos estemos convirtiendo en unos expertos en hacer ensaladas de salmón con todos los ingredientes que le agregamos, después de que haya visto la mano que tienes para el freir, dorar, salpimentar y especiar las distintas cenas que preparamos, después de que me hayas prohibido llevar más postres y dulces, después de ver que las reservas de cerveza siempre están disponibles en tu frigo, después de disfrutar de reuniones en compañía y momentos de intimidad, después de que me hayas presentado a muchos de tus amigos y me traten como si me conocieran de siempre, después de que algunos repartidores de kebab ya estén pensando seriamente en un transplante de pulmón para subir tus 4 pisos de escaleras, despues de comprobar que no puedo contigo al ajedrez y de que no puedes conmigo a los dardos, después de tener días de calma y tranquilidad y otros de fiesta, trasnoche y de probar la dulce esperanza de alcohol, después de días de pasar muchas horas juntos, que son el cielo, y de otros días de no poder vernos, donde se pasa realmente mal, después de compartir días de sol, noches de cerveza, tardes de visita y pinchos, después de risas tumbados en la hierba, conversaciones serias, conversaciones de pavadas y momentos de silencio, después de no haber logrado aun ver casi ninguna película entera salvo las que vemos en el cine y después de que el "pijo" y "sentimentalón" tenga que desengancharse de ti, físicamente y mentalmente, cada noche en la que estamos tan juntos que no sé donde empiezo yo y dónde acabas tú y en las que cuando me quedo solo y me doy vuelta mis brazos buscan sin encontrar y cuentan las horas para dejar de estar vacíos, después de todo esto y más que seguro se me queda pendiente me pongo a pensar.
Y pienso que después de todo lo vivido, de lo ya vivido, todo está por venir. Que lo mejor no ha llegado aún. Que me queda mucho por escribir, la historia de nosotros. Que da igual lo que hayamos vivido hasta coincidir porque solo me importa tenerte y lo que en adelante hagamos. Que es un privilegio poder estar frente a ti y mirarnos a los ojos el uno al otro, aunque sea en silencio, porque a veces sobran las palabras (y a veces yo no las encuentro) pero que después de ese privilegio espera algo mejor, que es poder mirar los dos, al lado, en la misma dirección y poder ver las mismas cosas.

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