Premios 20Blogs

9.7.07

Milenio 3

Creo que ya les he hablado en alguna otra ocasión de este programa de la Cadena Ser. Milenio 3.
Si no recuerdo mal creo que lo mencioné en aquel post llamado "En ocasiones veo... no conectados", dedicado e inspirado por la gran Ojos Negros y sus "apariciones" messengeriles fantasmas.
Pues bien, hacia bastante tiempo que no me enchufaba la radio yo un viernes por la noche para encontrarme con Iker Jiménez y compañía y ver si me acojonaban un rato, hasta que el sueño venciera.
Y vaya si me acojonaron en viernes.
La situación era que yo estaba, un viernes, a la 1 de la mañana en la cama. Después de un rato de conversación, algunas canciones e intentos de ver algún capítulo de "El principe de Bel-Air" que he logrado conseguir, preferí empiltrarme pues me acordé que en otros tiempos solía escuchar el programita en cuestión.
La noche iba de relatos, que en principio no dan tanto miedo como los programas que he escuchado de "psicofonías", apariciones y otras cosas que pueden acojonarte un poco más.
De los relatos se encarga Teo Rodriguez, un colaborador del programa de los sábados. Como aparte de escuchar la radio, en el rectángulo de las maravillas se pueden hacer multitud de cosas más, no conocía yo los relatos de Teo la noche de los sábados y por lo tanto no sabía de que iban.
Al par de relatos recordados en el programa del viernes, yo ya veía sombras por todos lados, escuchaba ruidos que jamás había escuchado y veía luces por todas partes. Lo de las luces es verdad, porque duermo con 2 móviles al lado que tienen ciertas lucecitas que hacen parecer la habitación un lugar de avistamiento OVNI.
Pero el resto, todo sugestión. Yo por si acaso, me arropé un poquito a pesar del intenso calor salmantino el viernes.
Luego lo piensas al dia siguiente y te da verguenza propia el haberte tapado para ahuyentar el miedo. Como si el asesino de marras o el demonio que quiera arrastrarte a los avernos no pudiera retirar tus sábanas, darte una somanta de cuchilladas y terminar con tu vida o llevarte espiritualmente sin dejar rastro de ti.
Ha habido días de mucho canguelo escuchando ese programa, como el día que contaban historias que pasaban en las habitaciones de los hoteles y desde entonces me da un poquito de respeto dormir solo en una habitación hotelera. Pero sin duda, la palma se la llevó el programa del viernes y los relatos de Teo Rodriguez. A pesar del miedo, me encantaron y los re-escucharé. Eso sí, será por el día y sin necesidad de taparse.
Aunque zafarse del miedo de este programa es bien sencillo. Apagas la radio y disfrutas de una de las delicias del "rectángulo de las maravillas" : dormir y soñar con cosas que no te asustan, sino que te hacen ser feliz.

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