Las 7.30

12 de la noche. Después de un día colgado del ordenador, manejando papeles, peleando con las distintas Administraciones y "desfaciendo entuertos" parece que llega el momento de relajarse, de cerrar los ojos y pensar en otra cosa, en lo de siempre, hasta que el cansancio haga el resto y termine perdiendo el sentido por unas horas.
Un mensaje de despedida, un "descansa, mañana hablamos, besos", una luz que se apaga al costado y al fin el silencio, a veces roto por la radio, a veces incompleto al meternos dentro de los personajes de algún libro interesante pero la mayoría de las veces sólo después eso : silencio.

Y la noche? Bien, gracias. No me suelo enterar de nada. Hoy al despertar me dijeron que si había estado hablando por teléfono, que había hablado mucho en la noche. Habré soñado, seguramente, pero no me acuerdo. Pocas veces me acuerdo. Habré soñado con lo mismo, porque me duermo pensando en lo mismo cada día. Y me despierto.

No falla, mi reloj biológico ya n perdona. Estará empezando a hacer la próstata de las suyas?. Todos los días, a la misma hora. Sin retrasos ibéricos o renfiarios. Al baño aun medio dormido, aun pensando que sueñas.

Miras el reloj. Las 7.30 am. Y la mente viaja.
Habrá dormido bien? Le habrá dado tiempo a desayunar y coger ese espantoso bus lleno de gente? Se habrá podido sentar? Y hoy... habrá tenido que correr porque el bus se ha retrasado? Habrá cogido el cercanías sin batir el record mundial de los 100 m lisos?
Escribes. "Buen día. todo bien? espero que si y que hayas descansado. pasa buen día luego hablamos. te echo de menos".
Y piensas que lo que en realidad quieres es no tener que preguntarte nada. Que de verdad como serías feliz es oyendo una voz en el cuarto que se despierta y dar esos buenos días mirando unos ojos aun cerrados. Que lo que deseas es que lleguen las 7.30 am para decir que aún tienes un ratito más de descanso horizontal entre brazos y piernas unidos.

La mente deja de viajar. Mensaje enviado. Son las 7.35 am. Te das la vuelta un ratito más pero el sueño reparador ha dejado de reparar. Un día más, un día menos. Seguiré pensando en lo de siempre...

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Voy a treparme a las paredes por tu nombre
hasta que el sueño venga.
No te apartaré por un segundo de mi mente
hasta que vuelvas.
Y antes de dormir voy a repetir
por ese momento te daría casi todo
Hasta que el sueño venga,
hasta que vuelvas...
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