A punto de envolverme, mi querida Lili, en el calor de uno de tus regalos para volver a disfrutar de tu sonrisa del Día de Reyes, tengo que confestarte el hecho de que a pesar de decirte que muchas veces regalamos por regalar, que no necesitamos de nada e insistirte en que no hace falta que me des nada más que tu presencia cada día, me hace mucha ilusión recibir cosas y abrir paquetes sin reparar en arrancar el papel para ver antes tu detalle.
Es probable que durante todos los años que tengas a bien soportarme escuches, fecha señalada tras fecha señalada, la misma cantinela y es probable que siempre me dejes como hoy, sorprendido con tu pleno de aciertos y encantado porque seas tu la que dejas los regalos al pie del árbol.
Por eso, celebro que este sea el primero de todos, de muchos, de los de siempre. Y que aumentemos el número de paquetes bajo el árbol pero no para repartirnos tan solo entre los dos, sino por todos los que estén por venir y compartir...
Aunque con el paso de los años nosotros no seamos los más importantes, siempre tendremos algo para regalarnos... un beso, un abrazo, una mirada... y recordar que el mejor regalo no llegó un Día de reyes...
Al fin y al cabo, no nunca he sido mucho de Reyes... pero siempre he apostado al Dos de Corazones...
1 comentario:
escribeeeeee so vago :)
o tienes un blog nuevo y no me he enterao? :P
Divaaa
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