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8.6.09

Rata de Biblioteca

Ayer volví a hacer algo que no hacía desde hace años, desde mis tiempos mozos.
Recuerdo que por aquella época lo solía hacer una y otra vez. Sin descanso. Hasta la extenuación.
Había momentos en los que incluso a altas horas de la noche aun estaba ahi, dándole.
Ocasionalmente, en algunas de las largas sesiones, salía para ojear alguna revista que me sirviera y estirar un poco las piernas y los brazos... pero enseguida de nuevo al asunto.

No se me asusten, no. Me estoy refiriendo a que ayer, despues de mucho tiempo, volví a una biblioteca. Qué recuerdos! Qué imágenes se me vinieron a la cabeza! Qué... cantidad de gente que estudia!
Yo no fui a estudiar, ni tan siquiera a leer, sino que iba a buscar una persona y, en vez de preguntar el sitio exacto en el que se ubicaba en ese centro del desconocimiento (digo desconocimiento porque si están estudiando es porque desconocen ; si conocieran estarían en el bar... aunque también desconociendo estabamos y están en el bar), me puse a buscar al azar.

Ya no me acordaba cómo era pasear por esos pasillos, con cientos de sillas llenas, decenas de botellas de agua, bolígrafos y rotuladores de los más variados e insólitos colores (como el fuscia, el caqui o el magenta), y tantas y tantas personas. Hombres, mujeres, niñas y niños (es época de Selectividad también), personal de la biblioteca,... he dicho ya mujeres?

En mi época una biblioteca no era un lugar donde se iba a estudiar, no. La biblioteca era una de las reuniones sobre moda, tan solo superada por la Pasarela Cibeles, y uno de los certámenes de belleza más importantes del país, superando ampliamente al de Miss España (seguro que las habitantes de la biblioteca sí que podrían decir muchas más cosas de Rusia que aquella candidata...). Allí era imposible estudiar debido al incesante desfile de modelos estudiantes y modelitos con tacón que hacían las delicias de los que intentabamos concentrarnos esperando hacer el trabajo de 4 meses en una semana.

Ayer era yo el paseante, el pseudomodelo, aunque sin tacón. Buscando a la persona y desfilando entre hileras de mesas con mp3's, atriles, apuntes y moviles me sentí como aquellas supermodelos de bibliotecas.
Esta vez era yo el mirado, el observado. Dentro de mí bullía la emoción de pensar : "me están mirando a mi. Alguna incluso estará diciendo si será ella la elegida, la persona a la que busco...". Lo normal es que las personas que me miraban, levantado los ojos de ese mar de ignorancia en el que estaban sumergidos, pensaran : "qué cojones estará haciendo éste aquí y por qué no llama para preguntar dónde está la persona a la que busca?".

En fin... cuántos momentos revividos en mi cabeza con un sólo paseo, recordando que yo un día también fui una rata de biblioteca...

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Porque yo no quiero trabajar,
no quiero ir a estudiar,
no me quiero casar.
Quiero tocar la guitarra todo el día
y que la gente se enamore de mi voz...
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2 comentarios:

Anónimo dijo...

Ratoncito de biblioteca ??? en tus tiempos mozos que hacias ahi??? solo mirar modelos.. jeje

Anónimo dijo...

jajajaja yo soy una rata de biblioteca!!!!!! y espero q alguien me buskeeeeeeeeeeee.bess vicky!