Por todo.
Por tus ojos, tu mirada, tu sonrisa, tu pelo, tu ropa, tus zapatos. Toda tu, de arriba a abajo.
Tu paciencia, tu inteligencia, toda tu belleza, tu sabiduría, tu amistad, tu caríño, tu complicidad, tus enfados, tus alegrías, tus amigos y tus amigas, no querer crecer,hacerme crecer y creer.
Por los vaqueros, el queso, la ropa de sport, no llevar trabajo a casa, salir antes de trabajar, dormir mejor, el suelo y el cielo, 5 minutos más en la cama, veranos de terraza e inviernos al sol, las compras, los cafés, el pincho de los domigos, el rastro, los chiringuitos, las jarras de cerveza, los juegos y los conciertos, los viajes en tren, en coche y en barca, las fotos, los recuerdos de dos locos, las reuniones de amigos y los momentos de intimidad.
Por los bancos del río, las sonrisas y las lágrimas, tus salidas, mis ausencias y los regresos, tu tranquilidad y mis nervios, tu yin y mi yang, tus fases y mis tiempos, tu forma de ver la vida y mi forma de intentar verla en la misma dirección.
Porque ahora puedo lo que antes no podía.
Y quiero lo que antes no quería.
Por todo eso. Y por todo lo demás, también...
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Contigo aprendí que existen nuevas y mejores emociones,
contigo aprendí conocer un mundo nuevo de ilusiones,
aprendí que la semana tiene más de siete días,
a ser mayores mis contadas alegrías
y a ser dichoso yo contigo lo aprendí.
Contigo aprendí a ver la luz del otro lado de la luna,
contigo aprendí que tu presencia no la cambio por ninguna,
aprendí que puede un beso ser más dulce y más profundo,
que puedo irme mañana mismo de este mundo,
las cosas buenas ya contigo las viví.
Y contigo aprendí que yo nací el dia en que te conocí...
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