Premios 20Blogs

15.6.08

Mi Rincón Favorito De Madrid

Si alguno de ustedes pensaba que después de la tormenta Santiaguesa llegaba la calma, estaban equivocados.
Ya les avisé que la próxima era en Madrid y sólo tardó 5 días en llegar.

No fue una de esas veces en las que he estado por Madrid dándolo todo, en el sentido fiestero se entiende, porque los años y las responsabilidades no perdonan y porque igual tampoco para divertirse hace falta estar partiendo la pana constantemente, sino que basta con pequeños momentos.

3 horas después de mi salida de Salamanca y mientras David Villa acribillaba a los rusos, cada vez menos rojos y cada vez menos rusos, me planté en Madrid después de 40 minutos de retraso en bus y tras 3 transbordos subterrakeos. Con lo facil que hubiera sido pedir un taxi... pero soy hombre. Eche o que hai.
La llegada al hotel fue decepcionante. Me cae mal el hotel de esta vez. Si, tengo algo personal contra él. No es porque no sea bonito, ni tenga muchos servicios, ni la gente sea amable... no no. Es que me caen mal sus habitaciones, no se...

Claro que eso se subsana con una buena cena en una sidrería vasca, no sin problemas para llegar a ella. El problema es que la guiri que nos indicó no era linda pero sí era buena gente y nos puso en la buena senda de los chipirones pero mi ancestral desconfianza hacia todo el mundo hizo que en vez de llegar a los leones del congreso, llegaramos hasta los "5 minutos más para la cuenta atrás" de la Puerta del Sun. Menos mal que el churrero de la esquina, con modales de la capital del Reino, nos indicara el camino a seguir y llegaramos ya casi a los postres.
La cena bien, gracias, pero con el estómago pasado. Para ello, patxarán y manta sin juerga previa pero con visita a un local de superlujo donde un tal Miki, a partir de ahora, siempre podrá decir que "Sabe lo he hicimos...".
Los suspiros de Castilla (por eso de no herir ni sensibilidades ni nacionalidades) los propició el Comandante A., que no se quería ir a la cama y al que cual nostálgico que le arrancan de su hábitat natural, tuvimos que acompañar a la esquina para dar un último vistazo por esa noche a la Calle de Alcalá.

La jornada fue una pelea constante para no dar cabezadas y caer en los brazos de Morfeo (que no en los de la cantante del grupo... pobre Alonso...) pero rapidamente despertamos a la hora de la comida tras un intento vil y calculado de acabar con todos los rojos uptianos. Y es que después de contentar al estómago en Galicia, el listón está muy alto, amigos de Madrid.
Por la tarde más sueño hasta la hora de la ducha y el paseillo por la Puerta del Sol, Plaza Mayor y taxi en Atocha que-los-tacones-me-están-matando-ajjj.
Cena americana en el Tony Roma's, confirmando alternativa, pues la primera vez fue también en buena y pequeña compañía y tragos de patxaran, hace algo menos de 2 años tras el Mundial 2006.
Después de esperar al contingente riojano Calle Génova arriba, Calle Génova abajo, cervecita en Malasaña (me gusta Malasaña, me gustas tu, me gusta la castañaaaa... ) y llamada de Alatriste para visitar a las caperucitas garamondieras.
Abandono tras comprobar el reloj y ver que al día siguiente era "mi día" y vuelta a la posición horizontal o de monito, según...

Al día siguiente desbandada masiva tras el sarpullido que provocan los números y la contabilidad pero grandes incorporaciones al eje Castellano-Navarro, como es el frente Riojano, a las cuales aprovecho la ocasion para saludar, dar por besadas y pedir que primero me visiten y después volvamos a coincidir pronto.
Comida de pinchos y chistes para contar y llorar de la risa y vuelta al hotel para recuperar la maleta y emprender el regreso cada uno a nuestras tierras.

Me dejo muchas cosas en el tintero, voluntarias e involuntarias porque ya saben que todo todo no se puede contar. Cosas de los silencios administrativos... Pero con esto se hacen una idea más o menos de lo que se puede disfrutar con grandes compañías, amigos y sobre todo personas.

Anécdotas, conversaciones, confesiones, algunas locuras y miles de recuerdos... que esperemos no se queden ahí.

Habrá que volver a esas locuras porque para no ser un re-cuerdo hay que ser un re-loco.

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Noches de Siroco, terracita Antón Martín,
y ese bar de Tirso que te gusta tanto a ti,
por la espina dorsal de la Gran Vía
derrapa una sirena de la policía.
Traigo rosas rojas para ti,
eres mi rincón favorito de Madrid...
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1 comentario:

Anónimo dijo...

yo no bebí pacharan.
viva la eurocopa!!!
yours,

k.