Inconformismo

Siempre he pensado que una de las cosas más importantes que hacen diferente y especial al ser humano, si no la más importante, es la capacidad de evolucionar. La capacidad de no quedarse parado, de adaptarse a las circunstancias y de mejorar, aparentemente, con el paso del tiempo.
Y además soy consciente que esta evolución tiene que darse dia a dia, que estos cambios han de producirse sin prisa pero sin pausa y por supuesto darnos cuenta que esto tiene que ser así.

No siempre he tenido la idea de que los cambios han de producirse día a día. La idea de que la evolución tiene que darse de golpe y no ser evolución sino revolución siempre estuvo presente en mi hasta que, afortunadamente, he encontrado acompañamientos vitales que me han puesto en la senda caminando antes que corriendo y, además, me han hecho entender que casi nunca tengo la razón. Un logro para cualquiera que me conozca.

Pero a pesar de que la evolución y el dinamismo es importante, tanto o más importante que evolucionar es el no olvidarse de los sueños, ilusiones, esperanzas y retos que a lo largo de las distintas etapas de nuestra vida nos han hecho sentirnos vivos.
Es lógico que uno no tenga los mismos sueños o las mismas aspiraciones cuando termina el colegio que cuando termina la universidad o cuando encuentra a las personas que han de compartir habitualmente el resto de su existencia.
Siempre hemos pensado que cuando tuvieramos cierta edad, la que ahora vivimos con mayor o menor grado de crudeza y cuando tuvieramos la cabeza semiamueblada, todo exterior y a cinco minutos del centro, habríamos cumplido alguno de nuestros sueños, viajado donde siempre quisimos viajar o experimentado cosas que siempre quisimos sentir.
Rara vez se cumple pero otras veces si. Aun así mi pensamiento a día de hoy es que lo importante no es si se ha cumplido o no, sino mantener la esperanza de que si aún nos quedan sueños por cumplir deberíamos ir a por ellos.

En estos tiempos en los que nada se pierde, sino que todo se descarga, es importante que no perdamos la ilusión por las cosas aun no conquistadas.
No dejen sus sueños apartados por la vida que lleven, no renuncien a que dentro de unos años sigamos echando la vista atrás y que por puro conformismo no hayan hecho cosas que siempre han estado en ustedes.
Después de un fin de semana reflexivo sobre el tema de los sueños aparcados y pendientes de realizar, no puedo recomendar otra cosa: sean inconformistas. Hagan realidad sus sueños.

Verán como sienten que están vivos...

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Y es que no hay nada más triste
que recordar los sueños del pasado
para comprobar que poco se cumplió
de lo que habíamos soñado.
Y es que no hay nada más triste
que recordar los sueños del pasado...
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